Saltear al contenido principal
Cómo Comunicar Las Malas Noticias En épocas De Crisis

Las crisis requieren un esfuerzo extra por parte de las organizaciones y sus miembros. En entornos de incertidumbre y dificultad como el actual, se hace más necesario que nunca que los líderes sepan gestionar las emociones que afloran basándose, sobre todo, en un principio de transparencia y honestidad en su comunicación acerca de los acontecimientos

Transparencia y honestidad

Aunque el hecho de no compartir las malas noticias es una práctica recurrente en las organizaciones, la mayoría de sus líderes y órganos directivos reconocen que ser transparentes y sinceros es la mejor estrategia para hacer frente a una crisis y salir triunfantes. Todo versa sobre la reputación y la confianza: invertir en comunicar “lo malo” desde un principio hará que los colaboradores tengan confianza en la capacidad y compromiso de la empresa para solucionar los problemas venideros.

En esta línea, apostar por la transparencia en cualquier tipo de crisis o problema requiere preparación para lo que Peter Senge denomina el efecto “worse before better” (lo peor antes de lo mejor). Las organizaciones que se tomen en serio la mejora primero deben alentar a su gente a hablar con honestidad sobre cualquier contratiempo existente. Sin datos de lo que no está funcionando no es posible saber qué se tiene reparar ni cómo. Sin datos, no hay progreso.

Comunicar lo negativo implica recorrer la primera etapa en la búsqueda del éxito. Con información precisa, los colaboradores pueden focalizar sus habilidades y energía hacia el reto de desarrollar soluciones para los problemas visibles (incluso innovando). De esta manera, en lugar de convivir con la falsa percepción de que todo va bien, los colaboradores, líderes y organización empiezan a trabajar para revertir la situación.

Sin embargo, aunque tener información precisa es un éxito temprano, puede ser un poco desalentador, sobre todo por las cifras y su naturaleza negativa y amenazadora. En este sentido, el positivismo se erige como la “estrategia” clave para afrontar los obstáculos, y la transparencia ejerce un papel primordial. Por otro lado, la transparencia y honestidad no ocurrirán sin un entorno psicológica y emocionalmente sano: un clima donde los colaboradores puedan cuestionar y plantear ideas sin miedo a represalias. Después de todo, ¿quién se arriesgaría a hacer algo a sabiendas de que puede salir mal? Esto es particularmente cierto en crisis con atmósferas muy sobrecargadas de tensión. Sin ese entorno saludable, el riesgo que siente la persona a alzar la voz es mayor a medida que la situación o problema se complica.

Esta entrada tiene 0 comentarios

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Volver arriba