El desarrollo de directivos y líderes en pequeñas y medianas empresas es un desafío muy diferente al de las grandes empresas, por diversos motivos. En nuestra área de actividad, escuchamos estos tres a menudo:
- Falta de recursos: “No podemos permitirnos enviar a nuestros líderes emergentes a la escuela de negocios”.
- Falta de tiempo percibida: “No disponemos del personal necesario para enviar a nuestros equipos directivos fuera de las instalaciones”.
- Dudas sobre el encaje: “No estamos dirigiendo Microsoft aquí y no veo cómo los programas de liderazgo de los que he oído hablar pueden resolver nuestros problemas”.
Estas objeciones al desarrollo directivo no se pueden obviar, ya que reflejan limitaciones y preocupaciones reales en las pequeñas y medianas empresas. La base de estas objeciones es el hecho de que estas compañías están gestionadas, generalmente, de forma rudimentaria, dependiendo en muchos casos de procesos informales para la gestión y desarrollo del talento. Además, cada líder, desde el CEO hacia abajo, tiene una serie de tareas y responsabilidades diarias que le desvía del mañana.
Sin embargo, es importante superar estas objeciones, dado que los beneficios a ganar de los programas de desarrollo de liderazgo son proporcionales a los costes de no emplearlos. Diseñar un programa adecuado para este propósito no tiene por qué estar fuera de tu alcance. Pero, ¿cómo diseñar un programa que ataque directamente a las necesidades de la compañía?
Diseñar el programa para abordar problemas urgentes. Por supuesto, el desarrollo del liderazgo es una inversión en el futuro, pero también puede solucionar problemas inmediatos. Lo que parece ser una limitación de recursos (muy poco dinero, muy poco tiempo) puede desaparecer si se enmarca correctamente.
Centrarse en escalar, no solo en crecer. El crecimiento y la escala no son lo mismo. En general, pensamos en el crecimiento lineal: una empresa añade nuevos recursos (capital, personal o tecnología) a medida que aumentan sus ingresos. Por el contrario, el escalado se produce cuando los ingresos aumentan sin un aumento sustancial de los recursos.
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Entrenar tanto en el mundo real como en el aula. Las pequeñas y medianas empresas se muestran con razón reticentes a “sacar a la gente del campo” para el desarrollo. El enfoque de mundo real del desarrollo del liderazgo, que a menudo se utiliza en las grandes empresas, es menos común en el ámbito de las PYMES pero, irónicamente, más valioso, porque estas compañías rara vez tienen capacidad de gestión para emprender nuevas iniciativas: todo el mundo se ve sobrepasado por el día a día. Los programas de desarrollo del liderazgo diseñados de forma inteligente pueden crear este tipo de capacidad, creando una capacidad institucional al mismo tiempo que desarrollan habilidades individuales.
Asegurarse de que los participantes también ganan. Con jerarquías y estructuras más planas, las pequeñas y medianas empresas tienen menos promociones internas que las grandes empresas, por lo que es importante conectar un programa de desarrollo del liderazgo con las oportunidades profesionales internas. Uno de los objetivos del crecimiento en las habilidades directivas internas es, precisamente, evitar el tener que ir a buscar el talento al exterior.
Transmitir cultura, habilidades y marcos. Estas empresas están dirigidas por directivos cuyas culturas son elementos clave de su conexión con los clientes. A medida que las empresas crecen, esos rasgos culturales tienden a diluirse. El proceso puede ser inevitable, la dilución no lo es. Lleva a tus líderes al aula para enseñar, presentar y, sobre todo, contar historias. Que una empresa esté madura no significa que tenga que perder su carácter.
Una vez que tu compañía esté lista para empezar a desarrollar a sus líderes, ¿dónde deberías comenzar tu búsqueda? Los programas ejecutivos MBA de las principales universidades pueden ser excelentes, pero su coste, su compromiso de tiempo y su enfoque en los desafíos típicos de las grandes empresas pueden convertirlos en un ajuste menos óptimo para las PYMES. Una mejor opción es recurrir a compañías externas. En este sentido, ponerse en contacto con la propia red de contactos es un buen método para descubrir qué talleres funcionaron mejor en sus casos. En cualquier caso, recuerda que la consideración más importante es que el programa que elijas sea adecuado para una organización como la tuya.