
A medida que la crisis provocada por la COVID-19 empieza a menguar y las economías recuperan gradualmente un estado de normalidad, las organizaciones, independientemente de su tamaño, deberán aprovechar estos importantes cambios para innovar en el mundo pospandémico.
Millones de organizaciones se vieron obligadas a renunciar a su manera habitual de operar y a experimentar en tiempo real con medios virtuales. Estas adaptaciones introdujeron nuevas maneras de hacer negocios a una velocidad que nadie hubiera imaginado. Por lo tanto, es crucial preguntarse qué cambios de mentalidad fueron posibles gracias a estas adaptaciones. Más importante aún, ¿cómo podrían las organizaciones aprovecharlos de cara a la innovación continua?
Un cambio de mentalidad importante que ocurrió durante la pandemia es que las organizaciones se vieron obligadas a liberarse de la dependencia de la predictibilidad. Romper con la predictibilidad podría facilitar la innovación, aceptando la incertidumbre y desaprendiendo a través de la práctica.
Aceptar la incertidumbre
Uno de los obstáculos clave para la innovación en las organizaciones es vincular las acciones con un resultado predecible. Centrarse en la predictibilidad limita la capacidad de los miembros de la organización para pensar de manera innovadora. En este sentido, la pandemia desafió los sistemas organizativos establecidos a gran escala y sin previo aviso. Los gerentes se enfrentaron, de la noche a la mañana, a un entorno en el que la predictibilidad ya no era posible, y actuar en medio de la incertidumbre se convirtió en la única vía disponible para sobrevivir. Ese camino con visibilidad limitada y terreno inexplorado obligó a los directivos a percibir y estar alerta a los movimientos en sus entornos. Como resultado de esto, las organizaciones pudieron innovar a un ritmo sin precedentes. Los escenarios inverosímiles se volvieron realistas, y las organizaciones se convirtieron en expertas en detectar y otear los horizontes en busca de información que estimulara la innovación.
Desaprender a través de la práctica
La información nueva, recién detectada y escaneada, llega a las organizaciones a través del desaprendizaje. El desaprendizaje es un factor clave para la innovación porque permite que la nueva información se difunda en el entorno del conocimiento organizacional. Desaprender con éxito exige ser capaz de seleccionar, teniendo en cuenta el paso del tiempo, de forma que los directivos puedan identificar y descartar los conocimientos obsoletos y adquirir otros nuevos. La pandemia ha creado un sentimiento de urgencia que ha facilitado el desaprendizaje por dos motivos principales.
En primer lugar, aunque pasar a un modo virtual de operaciones aumentó exponencialmente la sobrecarga de información, también hizo que los directivos estuvieran más dispuestos a separar enseguida el trigo de la paja. Piensa en los canales múltiples que cada directivo ha estado barajando: Zoom, WhatsApp, Slack, Teams, Hangouts y correos electrónicos. La exposición excesiva a la información dificulta el desaprendizaje porque enturbia la identificación de los conocimientos obsoletos. Operar en modo de crisis motiva a las personas a desaprender a través de la práctica. La inestabilidad de una crisis agudiza el estado de alerta entre los directivos, permitiéndoles filtrar rápidamente el conocimiento organizacional para identificar lo que es irrelevante. Piensa en el sector de la restauración, que se desprendió de las cenas en el interior e introdujo la entrega sin contacto y la recogida de un día para otro.
En segundo lugar, uno de los principales obstáculos para el desaprendizaje es el miedo a deshacerse de conocimientos que aún pueden ser relevantes. Los directivos perciben que deshacerse de cualquier conocimiento relevante es un error fatal. Como resultado de esto, en lugar de quedarse atrapados, valorando distintas opciones, retrasando o evitando deshacerse de conocimientos irrelevantes, los directivos aumentan su concentración a la hora de identificar y deshacerse del conocimiento obsoleto. Un ejemplo es cómo el sector de los gimnasios, con una facturación de 32.000 millones, dejó de lado su enfoque centrado solo en el bienestar físico y la forma del cuerpo para dar paso a un modelo híbrido más holístico, que abarca el bienestar emocional, espiritual y mental.
Con todo, la pandemia ha demostrado que los entornos dinámicos no se limitan a sectores concretos o a mercados geopolíticamente inestables. Los cambios drásticos crean terremotos positivos que sacuden las mentalidades arraigadas, permitiendo a las organizaciones desaprender en tiempo real. Esta es una capacidad que las organizaciones necesitan aprovechar para fomentar la innovación a medida que prosperan y preservan su sintonía con las necesidades cambiantes de los clientes y de las tendencias del mercado.
Abdelgawad, Sondos G. (2021, julio). El poder de desaprender a través de la práctica | Harvard Deusto Business Review. Recuperado 20 julio, 2021, de https://www.harvard-deusto.com/sumando-ideas-fomentar-la-cultura-de-la-experimentacion